Y viajamos a Bs As al fin!
Como saben, el viaje fue un horror. Milo no durmió salvo la última hora del vuelo, y yo me sentí muy mal. Por suerte los pasajeros y azafatos me ayudaron muchísimo y me tuvieron mucha paciencia.
En el aeropuerto nos esperaban todos los abuelos y la tía Ana. Todos con unas sonrisas como pocas veces se les ve.
Hubo ronda de upas y mimos
Y al día siguiente nos encontramos todos de nuevo, y comimos asado en lo de Juan y Mechi
Y al fin, al fin! Milo conoció a sus abuelos!
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