Hubo muchos chapoteos en palanganas y sucedáneos, que no se suspendieron por lluvias
Pero también tomamos algunas clases en la escuela de natación para bebés de Patricia Cirigliano, donde Ana y yo fuimos de bebas.
La abuela Mechi tuvo el privilegio de poder meterse con nosotros al agua un par de veces
La experiencia fue que Milo disfrutó un montón y pudo tomarlo con naturalidad y diversión
Y salía del agua todo enrulado, listo para comer y dormir
La experiencia también mejoró la situación del baño, que desde entonces disfruta muchísimo más (y no quiere salir del agua después)
No hay comentarios:
Publicar un comentario