los abueletes nos dejaron la habitación con vistas para nosotros, con vistas hacia la laguna que quedaba detrás del edificio
aunque tengo la sospecha que fue más por Milo que por mí
desde el balcón de la sala también había unas vistas preciosas de la playa
Milo se dió sus primeras duchas de la vida, y le gustó mucho
el edificio tenía piscina, aunque claro que estaba un poco fresca y sólo los valientes se metieron un poquito
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