Hasta hace un tiempo en este parque sólo había un barco pirata de
madera, que a Milo le gustaba mucho.Cuando volvíamos de Madrid en tren,
si había tiempo, nos quedábamos un rato. Cuando vino Ana de visita, no
alcanzó el tiempo, pero prometimos volver al día siguiente. Fuimos, pero justo ese día lo habían vallado porque empezaban las obras de remodelación del parque. Pasamos algunas veces más a ver si estaba listo, pero tardó un tiempo.
Finalmente la espera valió la pena, y a Milo le encantó como quedó el parque
y no sólo cambió el parque, porque tambiñen cambió Milo, que ahora anda deshinibido, presentándose y haciendo nuevos amigos de todas las edades
y tampoco se corta a la hora de tirarse por todos los toboganes
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