El pelo de Milo había crecido mucho y andaba muy despeinado/enredado
Pero él no estaba con ganas de cortarlo, porque le gusta su pelo
Un día me dijo que sí y nos fuimos raudamente a la peluquería
El proceso fue de observación silenciosa, seriedad y máxima quietud
pero terminó con sonrisas
y así quedó
jajajaja esa carita...
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