Ainhoa le trajo de regalo a Milo un libro para armar casitas que en su infancia había atesorado tanto que nunca le llegó el día de ser usado. Experiencia que me suena. Parece que Milo vino a aprovechar esas cosas del pasado de todos, disfrutando aquel disfrute postergado hasta la eternidad por nuestra generación, sin culpas.
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