Milo venía súper molesto con su pelo, que se le iba a la cara. Y además detrás de la cabeza se le armaban unos nudos que en cada baño había que desarmar con mucho trabajo. Había que hacerlo. Esa tarde estaba quejándose con su pelo y le digo, " te lo corto??" y me dice "sí". Y le digo, "pero mirá que tenés que sentarte en una silla y quedarte quietito hasta que terminemos, eh!" y dijo que sí y trajo el mismo la silla. Y a continuación cumplió con su palabra. Creo que el problema era evidentemente cosa mía. Él lo estaba necesitando. Acá un video de recién cortado.
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